martes, 8 de mayo de 2012

Juegos de verano

Una noche de verano en su terraza, mi novio y yo estábamos totalmente ajenos a lo que pudiera ocurrir. Mucho juego de manos y bocas. Cuando oímos la puerta de la terraza, porque su madre se aburría bastante, y le gustaba cerciorarse de que su hijo era 'respetuoso' y cumplíamos con las normas de una casa digna, creímos tener tiempo para reponernos la ropa. Recuperando el papel de inmaculados, ambos entramos en la casa con una sonrisa falsamente ingenua.

Sé que ella nunca me tuvo gran estima, y he aquí un motivo para rechazarme desde el punto de vista de una mujer muy conservadora y molesta, si reparó en mi pequeño fallo... al entrar en la habitación descubrí ante el espejo como el pezón me asomaba por el escote.

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