lunes, 21 de noviembre de 2016

ódiame

Ahora quiero que me odies. Sería así como estaría más cerca del amor si es que una vez hubo. Siempre nos tuvimos de una forma muy descafeinada y es por eso que las ganas se fueron apagando como si nunca hubieramos existido.

Ahora quiero que me odies, porque yo no puedo hacerlo, y me encantaría, pero la intención es lo que cuenta.

martes, 8 de marzo de 2016

Símbolos insustanciales.

¿Los símbolos significan cambios? No necesariamente. Los símbolos no son soluciones, son sólo un detalle. Son un quiero pero no me pongo. A veces, ni una mísera reivindicación, más bien un acto político, un entretener al pueblo y poca más sustancia. Hay que cambiar mentalidades. Ya... Demasiado fácil decirlo. Este segundo trabajo, mucho más complicado y profundo, comienza por analizar muchos comportamientos, por desgracia naturalizados, y salirse un poquito de lo establecido por cojones desde hace tropecientos años. El fracaso y la vergüenza como ser humano aumenta casi más cuando se manipula y/o malentiende el tema según conveniencia por gente retorcida y mala. Es agotador que ante un comportamiento feo se te haga sentir que entras continuamente en lucha de sexo, y sólo eres una tía intentando ser reconocida como persona con pies, manos, cerebro e individualidad, chocando continuamente contra la base "científica" del "es que siempre ha sido así y, aunque suene muy bonito, no lo vas a cambiar tú". Los tiempos cambian queridas, queridos, porque un día a un mono le dió por bajar del árbol, a pesar de que al mono vecino le pareciera fatal y muriera en el árbol.
Los símbolos y actos simbólicos a los que tanto bombo se dan en días como este (día de la mujer trabajadora), son una simple superficialidad que no llega a absolutamente nada. Cuénteme, señora, de qué sirve que se ponga una camiseta rosa para ir a la plaza del pueblo con sus amigas a pasar un buen rato entre miles de mujeres, si cuando vuelva a su casa, le va a preguntar a su hijo que qué tal cocina su novia nueva, si le va a contar a su vecina que la hija de la Mari ya lleva tres novios la 'muy fresca', y que "estás más guapa y más femenina con tacones, escote y los labios pintados". Porque esa es cuestión añadida, la "femineidad"entendida como la mujer "arreglada". Un simple género, señoras y señores, no hay más. Inteligencia y gilipollez vino repartido equitativamente y al azar.

Un último mensaje, querámonos, que en éstas fecha de celebración, reflexión o reclamación de derechos, me da la sensación de que odio es lo más que se respira.

lunes, 29 de febrero de 2016

Cuánta falta

Cuánta falta, así en general.
Cuánta falta de afecto, cuánta falta de miradas, cuánta falta de valor, cuánta de azúcar del que no sé come, o bueno, si.
Cuánta falta por tu parte de mi recuerdo, cuanta falta de estima o cuánta falta de justicia tienen los sentimientos, que tienden siempre a no ser correspondidos.
Cuanta falta de todo y de nada al mismo tiempo,
cuánta falta de todo de ti,
y cuánto demás tuyo tengo en el cuerpo.