domingo, 26 de junio de 2011

Escritos cortos que guardaba en algún trozo viejo de papel

"Siempre te defendería a pesar de que tú, después de todo, me dieras la espalda. Y es que en la sombra, donde no puedas percatarte siempre estaré velando por ti."

"Aparecerá alguien mejor que hará que dejes de existir."


"Tal y como llegan, así de simple, las cosas se van. Porque nada es definitivo y el final... siempre está apunto.



Y yo me quedo esperando una eternidad, que no se cuánto dura pero la palabra parece mía, y soledad, también esa palabra es mía."

"Sin un motivo consciente las lágrimas recorren mis mejillas, queda mi rostro agotado de llanto. En mis manos llagas, en mi interior desgarros, el corazón amoratado de tanto querer. Mi boca se seca, .... y no vale nada, nada asumo, nada me llena, nada importa.


El cielo se aturde cuando escucha mi silencio, el suelo tiembla cuando mi cuerpo ligero cae.
Se esconde mi tristeza, pienso, reacciono, vuelve mi corazón a emitir latidos."


"...Gritos silenciosos que de alguna forma estallan. ¿Cual es esa canción? que linda melodía, me lleva a recordarte, me hace cerciorarme de que sigo viva, pero tu no estás conmigo. No me pidas que no esté triste, si mis lágrimas no brotan me ahogaré igualmente en el aire...
....Ya se que no puedes, pero sigue hablando, dime que estás ahí"

>Recomiendo este blog.  
Dibujos tan viscerales, donde no parecen caber la razón.... aveces encuentras elementos entre distintas artes que hablan por ti... y estos dibujos hablan de lo que suelo llevar por dentro

miércoles, 22 de junio de 2011

Carta de despedida

       Siempre fuimos conscientes de que era una opción posible como otra cualquiera, aun y así, más que cualquier cosa, quisimos correr el riesgo.

     Comienzos torpes, momentos difíciles, pero todo era sano, consentido, incluso esperado. Éramos dos, cada uno su propia vida pero mentalmente velábamos el uno por el otro. Aunque lejos, siempre sabía que estabas ahí, que me apoyarías en el mayor de mis errores, en el peor de mis días, y en la caída más profunda tu morirías por levantarme.

       Cada día más unidos, cada minuto más real, más cercano, más humano.

     Compartíamos ideas, absurdeces, comentábamos entre risas... me gustaba beber contigo unas copas, cantar nuestras canciones, gritarnos cuánto nos queríamos y ligeramente embriagados divertirnos. Siempre me gustó hacerte bromas, hacerte reír y que me llevaras a la cama y me besaras como a una niña.

     Tus abrazos, y en la lejanía tus suaves palabras siempre fueron mis calmantes, yo era la cabeza loca, la que actuaba sin pensar en las consecuencias, y tú, mi punto de equilibrio, mi razón.

    Y entonces llegó el día que no tenía por qué llegar, pero siempre fue una opción, algo terriblemente normal pero dificilmente asumible. Ahora no necesitarías mi sonrisa, mi locura, las eternas charlas conmigo. Ya no necesitas observarme mientras duermo, prepararme el café o hacerme cosquillas en los pies, y aunque aseguras que seguirás ahí para cualquier cosa, en tu mundo ya no quepo yo.

      Ahora solo soy un ser diminuto acorralada por recuerdos, han crecido mis inseguridades, ya no hay nadie que cuide de mí y solo busco pequeños refugios.

      A veces, en mis sueños todo es como antes, en mi realidad te busco entre el montón pero nunca te encontraré.

domingo, 12 de junio de 2011

Despertar

Oigo el sonido de su cuerpo rozar con las sábanas al acurrucarse. 

Sonidos que denotan su compañía. No importa la hora, no importa el día ni la locura que pueda desatarse ahí fuera, porque nada importa más lejos de él.

Su rostro tapado por las sábanas y el resto de su cuerpo perfecto, ajeno, entreasomando mientras una indiscreta y traviesa mirada estudia centímetro a centímetro toda su dulzura.

Tan grato este momento, tan pequeño e imposible.

lunes, 6 de junio de 2011

Descalza

  
solo50.wordpress.com


No es vulnerabilidad, es que su marcha me dejó en carne viva.

Ando descalza pisando trocitos de cristal que dejaste a tu paso.
Al tiempo, la sangre ya no es roja, ya no fluye. Los trocitos de cristal no están ahí para hacerme daño, porque mi sangre ya no es roja, ya no fluye.

Descalza 

Tanto bailar sola y descalza que mis pies han aprendido a ser salvajes y a no esperar.