-El amor movía su mundo. Y ahí está su vida, estática como el cuadro de una época gris, esperando un soplo.
-Supe echarle de menos sin haberme marchado aún. Él sufría de lo mismo. Traía consigo ese terror.
-poemas de aguja y pegamento.
-¿Te enfrentas a un día gris, si eres tú quien llueve desde dentro?
-Si te pasó algo, que fuera yo.
-Los príncipes también desarmados, porfa.
-¿Como se atreve el viento a besar con tal violencia? Y parece entonces que ardiera por el rubor que le brinda su descaro.
-¿Políticos siguiéndome? Adelante, pero de vez en cuando les vomito encima. ¡Mire, puedo vomitar sobre alguien y llamarle de usted!
-Contarme los lunares fue lo primero que le pedí. Y cada día se aseguraba de que seguían ahí. Ya se han borrado.
-Lo peor de la cordura es que siempre está presente para recordarnos nuestras propias carencias.
-La lluvia muy fuerte, muy enfadada, como un manifiesto en tu favor.
-Qué desamor ni que desamor. Es esa lluvia mal llevada, que no la sufre cualquiera.
-Sonido de calles impuestas.
-Lo que no te mata te hace más puta. No, pero debería.
-Que guapo estabas hablando de nosotros, justo antes de inspirar pisadas de barro.
-Ahora, mirarte a los ojos sería saltar al vacío.
-Nada, no ocurre nada, ¿no es terrible?
-Se escurre un alma por cada alcantarilla de este pueblo, cada esquina mata un recuerdo cuando la doblas, en cada balcón un fantasma apático.
-El vestido hecho jirones, oliendo a humo, sucio de lágrimas y barro. Saboteado por la historia. Como el cuerpo devorado que lo sostiene.
-Cuando se cierra una puerta y no hay ventana en esa cuadra. Sólo un espeso olor animal.
-El cuerpo ultrajado y desamparado, como aquel motel donde no cabía amor, sólo mugre. Con su color rojo oscuro y su aliento a whisky.
-Viajes refugio.
-¿Quién da menos? Que tanto no vuelve a colar.
-En este juego en el que, obvio, gana quien olvida primero, la ludopatía está garantizada para los perdedores.
-No cuento ovejas. Por desgracia, para dormir, aun me cuento la misma historia <con final>.
-Cuando conoces a un loco, crees conocerlos a todos, y no. Fíate del olfato.
-El tiempo llora mientras las campanas tocan las 12 por soleá. Estoy hasta el recoño de ti.
-Cuando eres tú la maldita pared.
-Las emociones nos mantendrán unidos, el tacto nunca más. Nadie te comprende como yo. Entrar en tu juego no es comprenderte.
-26 de febrero, las guitarras se quedan viudas.
-Me cago en todo lo que te envenena.
-Quizá solo fuimos el daño colateral de una búsqueda desesperada de respirar hondo.
-Se besaron, se abrazaron y juntos miraron hacia el jardín. Fundido a negro. Fin para el espectador. Empiezan los reproches.
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