martes, 21 de noviembre de 2017

un bonito recuerdo

Hice bien porque era lo que necesitaba. El runrun en la cabeza me pedía buscarlo, también me lo pedía el nudo en la garganta, la bola en el estómago, la cara y los ojos hinchados. 

Me quedé tan satisfecha... No sé aún que es todo esto, qué necesito de él, o cuánto más aguantará ésta especie de farsa, pero me quedé tan satisfecha...

Leí lo que quería leer, leí que sigue ahí, leí que todo está bien. 

Volví a trasladarme a la habitación de luz calida y color anaranjado, creo que todas las habitaciones donde hay dos y cariño, tienen un color melocotón, cálido y muy agradable, supongo que es una trampa. No duraría. Debe ser que cuando hay dos personas que se gustan, se produce la luz justa que coloca, el colocón justo para caer sin adivinar la trampa, sin presagiar el desastre, el drama posterior. Volví a esa habitación de nuevo, e intenté recordar los detalles y todo seguía allí tal como lo dejamos. Las caricias eternas de manos, el beso apretado en mitad de los otros, las pocas palabras pero contundentes... 

Hoy he vuelto de nuevo a esa habitación, no es la misma, es aun más calida. Es de nuevo esa calidez pesada de cada uno de mis fracasos. Sólo soy "un bonito recuerdo" que podría estar apilado sobre o bajo otros iguales.

Yo que a veces creo estar tan segura de no necesitarte, contaría hoy tus marcas una por una y vuelvo a morir por un beso apretado.

2 comentarios:

  1. He asociado tu relato con este poema

    Leopoldo Alas : Razón de amor

    No es sólo la pasión de los abrazos,
    la saliva, el aroma, el vértigo, los besos
    o el plácido desvelo de la ausencia.

    Mi amor es la fábula y la trama,
    el relato interior que sigue a cada encuentro,
    la glosa que acompaña los adioses,
    el minucioso examen de las frases
    y el eco que tu voz le pone a mi silencio.

    Mi amor es ser feliz y no engañarme
    anticipando el daño del negro desengaño,
    cuando el sexo se esfume en el recuerdo
    remoto y resentido de un orgasmo.
    El consentir la calma en las mareas
    y atesorar las horas y los días
    de la fiesta de luz que celebramos,
    del banquete voraz de los sentidos.

    Y abolir la frontera de los cuerpos,
    detenernos, subiendo la escalera,
    a besarnos en todos los peldaños.


    Este autor es sobrino biznieto de "Clarín"

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  2. Y yo soy tu compi de aeróbic. La que llama "seño" a la "seño".

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