Ahora quiero que me odies. Sería así como estaría más cerca del amor si es que una vez hubo. Siempre nos tuvimos de una forma muy descafeinada y es por eso que las ganas se fueron apagando como si nunca hubieramos existido.
Ahora quiero que me odies, porque yo no puedo hacerlo, y me encantaría, pero la intención es lo que cuenta.
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