lunes, 23 de febrero de 2015

Y al colarse en el metro...

-Señorita, si no tiene ticket, deberá usted abonarlo o llamaré inmediatamente a seguridad y será sancionada.
+Disculpe señor, ahora mismo abonaré el importe. 

Y entonces, ella, tímidamente sonriente, se dirigió a la máquina expendedora. 

Tras días y días de tristeza y de haberse sentido invisible, había conseguido llamar la atención de un vigilante. Alguien, por fin, no importaba por qué, se había dirigido a ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario